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28 Marzo, 2019

Un cura como muy pocos

¿Oyó usted hablar de un jesuita llamado Juan de Mariana? Bueno, posiblemente no, a menos que no sea usted uno de esos investigadores consuetudinarios de la historia y sus teorías. Pero es probable que muy pocos se han maravillado con las ideas del Padre Mariana (1536-1624), las cuales están bien dispersas en un conjunto de libros, la mayoría de ellos escritos en latín y luego traducidos al español, donde se encuentran muchos de los conceptos que luego fueron expresados por Marx, por Juan Jacobo Rousseau y por la mayoría de los enciclopedistas franceses de la revolución del 1789. En estos libros están ideas sumamente preclaras y revolucionarias que, a la vez, se opusieron al autoritarismo y a los sistemas tiránicos tradicionales.

Puedo comenzar haciendo el señalamiento de que el Padre Mariana afirmó que la religión no debía ser hija exclusiva del sentimiento, sino de éste y la razón, explicando “que la razón es árbitro supremo en todas las cuestiones que podían interesar al hombre". Y de forma valerosa proclamó, refiriéndose a la historia y a la filosofía, que "la Vulgata solo tenía valor en las cuestiones de la fe".

Este religioso jesuita realizó sus afirmaciones con la misma energía que utilizó Catón el Censor, despreciando las riquezas, los placeres y a las dignidades. De ahí a que muchos historiadores lo han comparado con Sócrates o Platón. El religioso jesuita estimó como algo secundario las formas de gobiernos monárquicos o republicanos, pero consignó “que en los regímenes monárquicos la voluntad que debe prevalecer es la de las Cortes, a cuyas resoluciones han de sujetar su voluntad los mismos reyes".

También introdujo ideas que dieron lugar a que sus obras fueran quemadas en Francia por expresar que "aún siendo el asesinato casi siempre un crimen, deja de serlo y glorifica al que lo comete, cuando a falta de otros medios se ejecuta sobre el cuerpo de un rey, para quien hayan sido los pueblos un juguete y la justicia una mentira".

Lo más relevante y sorprendente en las ideas de Juan de Mariana fue que haya podido escribir lo que escribió en una época como la que le tocó vivir. Y en uno de sus enunciados escribió que "la ley de la sucesión hereditaria en la monarquía es hija de la propia voluntad monárquica, la cual podría mañana restablecer el principio de sucesión electiva y hasta variar la forma misma de gobierno".

La mayoría de los conceptos contenidos en los libros del Padre Mariana fueron contundentes para su época —y aún para la nuestra—  y voy a señalar algunos de ellos.
a) Por ejemplo, señaló que “la guerra es necesaria y España debe ser una nación conquistadora y en ella debe organizarse una teocracia omnipotente”.
b) Que el “rey debía estar en continuo roce con sus vasallos y buscar entre ellos sus defensores y consejeros y ver por sus propios ojos las necesidades que padecen, debiendo cuidar de que a la nobleza, por estancada, no le suceda lo que a las aguas empantanadas, que vician el aire y llevan a la redonda las enfermedades y la muerte”.
c) Que “la guerra es necesaria y España debe ser una nación conquistadora y en ella debe organizarse una teocracia omnipotente y que la propiedad es hija de la fuerza, por lo que conviene prevenir y destruir la demasiada acumulación de bienes en pocas manos”.
d) Sobre los tributos expresó que “no deben ser onerosos y las inmunidades pueden tenerse cómo repudiables, excepto las establecidas en favor de la iglesia”.
e) Hizo hincapié en la propiedad territorial.
f) Y sobre los pobres dijo que, lo son por un vicio de la sociedad, que tiene el deber de corregirlo”.
g) Cuando observó sin cultivo campos inmensos de que la aristocracia era propietaria, propuso “que los cultivase el concejo, el cual cubriría con el precio de los productos los gastos de labranza y reservándose una cuarta parte de los beneficios, restituiría los demás al descuido propietario".
h) Expuso la necesidad de “no gravar los artículos de más consumo, y pidió la rebaja de los derechos que pesan sobre ellos”.
i) Proclamó con énfasis que “el impuesto sólo siendo igual puede parecer justo y pidió la anulación de todos los privilegios”.
j) Conociendo que las contribuciones debían ser lo menos gravosas posible, propuso “la supresión de todo destino inútil  y el llamamiento a los altos puestos de los hombres que pudieran ocuparlos sin cobrar sueldos”. 
k) Escribió que “el lujo debía pagar mayor tributo que los artículos comunes y las ricas telas venidas de otras naciones debían pagar a su entrada como un derecho bárbaro”, proclamando que "alterar el valor de la moneda era una medida injusta, podía producir un caos social”.

Pero no debo dejar de señalar una aprobación dada por Juan de Mariana en su “Principio de Soberanía Popular” (que muchos de sus coetáneos debieron leer con estupor), la cual podemos encontrar en la oración pronunciada por el presidente Lincoln, en Gettysburg: "No hay razón alguna para que nos mandemos unos a otros; y si para nuestro bienestar necesitamos que alguien nos gobierne, nosotros somos los que debemos darle el imperio, no quien debe imponérnoslo con la punta de la espada”.

Por eso soy de opinión que el mensaje del presidente Lincoln se ajusta perfectamente para algunos dominicanos que deben concordarse al imperio de la ley, ya que tenemos un gobierno legítimo, fruto de un ejercicio democrático expresado en las elecciones de mayo del 2016.
Definitivamente, considero que el Padre Mariana fue un cura como muy pocos.

Mayor Gral. (R) Jorge Radhamés Zorrilla Ozuna

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